Comunidad de Vallecas (Madrid)

Canonización de Bonifacia Rodríguez de Castro


Este gran acontecimiento para las Siervas de san José y para la Iglesia lo empezamos a vivir en primer lugar con la Eucaristía que el día 18 de septiembre fue retransmitida por radio nacional .

Era una hora temprana 8.15 de la mañana y sin embargo nos acompañaron algunas hermanas y un grupo numeroso de la comunidad parroquial.

Siguiendo el esquema que nos dieron se fue celebrando la Eucaristía con sencillez pero en un ambiente de profunda fe, en la que todos participamos y el coro se  encargó de entrar en ese clima con las canciones que habían preparado.


Sentimos la alegría de dar a conocer a nuestra Fundadora y anunciar su canonización a enfermos y personas mayores y también a sacerdotes que a esa hora que oyen participan de la Eucaristía.

Presidió la Eucaristía el Párroco Oscar García Aguado y también contamos , estando en un segundo plano, con la presencia activa del vicario parroquial José Luengo Coloma.

En la  homilía se puede ver un semblante fiel de la vida de Bonifacia y de su talante como mujer que se fía de Dios y lo pone como centro de su vida ( nos costa por un testigo que nuestro Párroco se la había preparado a conciencia)




Homilía Eucaristía 18. Septiembre de 2011.
Antes de nada, quisiera enviar, en nombre de esta comunidad parroquial, un saludo muy cariñoso a todas las personas, a todos los radioyentes de RNE que están unidas a nosotros en esta Eucaristía, y muy especialmente a todos los enfermos y las personas mayores.

¡Qué bonita es esta comunión de los santos! Es la comunión de la Iglesia. Y en este Pueblo al que pertenecemos -y lo podemos decir sin altanería- también están los mejores hombres y mujeres que han pisado esta tierra. Son aquellas personas que se han convertido en Evangelio vivido. En Palabra viva. La Madre Bonifacia, fundadora de las Siervas de San José, -a la que tenemos especialmente presente en esta misa- ha sido otro testigo elocuente de la belleza de la Palabra de Dios hecha vida.

San Pablo a los de Filipo les anima con su propio testimonio a darse cuenta de que su historia, tanto la personal como la colectiva, está llena de imperfecciones, de vacíos, torpezas, sin sentidos… pero les recuerda que la vida es estupenda cuando la vives con el amor de los amigos. Y si tienes a Cristo como amigo, la vida es un tesoro. Pero atención:  No significa que te la haga fácil sino que la hace valiosa. Por ello San Pablo se atreve a decir: “Mi vida es Cristo y una ganancia el morir…”.

Me atrevo a afirmar que providencialmente esta palabra inspirada es también la de Bonifacia. Toda la vida le toco morir, es decir le toco “perder”, y ahí estuvo su ganancia. Perdió a 4 de sus hermanos cuando era jovencita, le tocó también en su juventud perder a su padre,..  y de niña hasta le tocó perder unos zapatos nuevos que sus padres con gran compasión donaron a una familia muy pobre. Pero, sobre todo, y sería lo más duro, le tocó perder por incomprensión, sospechas y envidias,  el reconocimiento, la amistad y el afecto, de la primera comunidad de Salamanca que ella misma había fundado con el padre Butiñá.

Y lo santo en todo ello es que ella no dejo de amar…incluso se humillaba si era necesario para que todas las siervas estuvieran unidas. Aunque no la acogieran y tuviera que marcharse a Zamora a fundar de nuevo, las mandaba cartas, les enviaba saludos, les ayudaba, las perdonaba, las miraba con ojos nuevos, las excusaba.. Iba a verlas… aunque una vez ni le abrieron la puerta. Pero ella las amaba “como el primer día que las conociera”- así lo decía.

Y en este crisol de desventuras, de perder, de morir a sí misma por la unidad de todos, encontró la ganancia de su espectacular humildad,… de su sencillez,… de su ternura.. de su integridad…. Tanto es así que alguna joven rebelde que llegaba a la Casas-Taller, en poco tiempo se transformaba: “¿qué les hace la madre Bonifacia?” –decían- . Y era eso, las desarmaba: porque las escuchaba hasta el final y las trataba con una ternura especial.

Su vida era Cristo, y ganancia el morir… Y morir al dar la vida por ese sueño compartido con el padre Butiñá, (y con su madre que también se hizo Sierva de san José)… por esa misión de ayudar en ese tiempo tan duro de la revolución industrial,  a muchas niñas y jóvenes, huérfanas o desamparadas, a ser “mujeres”: auténticas, con piedad,  íntegras, formadas, capaces de encontrar un trabajo, orgullosas de ser mujer, con dignidad.

Hay un dicho árabe que dice: “No digas a la oración es tiempo de trabajar, dile al trabajo es tiempo de orar”. Trabajo y oración. Trabajo y oración… Eso son los talleres de Nazaret. Esta es la belleza del Carisma: “la santidad de lo cotidiano”. Como en la familia de Nazaret: una ama de casa, un carpintero y un hijo ayudando a su padre y a su madre. Y aquí se encierra el secreto de la santidad: trabajando sencillamente, ayudando al hermano a encontrar su camino, y en la presencia de Jesús, que ha tenido que trabajar toda su vida, como todos.

Hoy, como a todas las niñas y jovencitas que por las tardes se sentaban a su alrededor para escucharla hablar de Dios y de la Historia Sagrada,… como a ellas hoy también nos dice: “hijas, sed buenas, haced la voluntad de Dios… Porque la vida es Cristo y una ganancia vivir y trabajar con ÉL”.

Terminamos la celebración litúrgica tomando churros con chocolate .

El viernes día 30 la oración mensual de los jóvenes estuvo orientada a Bonifacia y la comunidad dio testimonio de cómo ha influido ella en la vida de la misma y lleva a la vida el Carisma.

En un segundo lugar , aunque la preparación venia desde que se conoció la noticia de la Canonización y de una manera especial cuando se supo el día exacto, con la peregrinación a Roma para la misma , movida con ilusión por los dos sacerdotes de la Parroquia ( Oscar y Pepe ).
Verdaderamente fue una peregrinación que comenzó el día  20 de octubre y creemos que fue un regalo de Bonifacia el que los pilotos estuvieran en huelga ya que en lugar de salir a las 14, 30 salimos a las 7 de la mañana.

Todos los día mientras íbamos en el autobús a visitar Roma rezábamos Laudes y celebramos la Eucaristía en distintos templos. Todo fue una preparación interior para la gran celebración de la Canonización

Nos llamó la atención como algunas mujeres se preguntaban unas a otras y afirmaban a la vez que la ceremonia no se le había hecho larga y eso que llegamos a las 8.30

La vivencia en Roma fue impactante para las personas que participaron en la ceremonia y así lo han transmitido al volver.

En tercer lugar  y con participación de hermanas de las distintas comunidades, miembros de la comunidad parroquial, familias de la guardería y amigos celebramos el  día 11 de diciembre domingo de Gaudete o de la alegría en la Parroquia de Nuestra Señora de la Misericordia la Eucaristía de acción de gracias por la canonización de Bonifacia Rodríguez de Castro.
La Eucaristía la presidió el Vicario Pablo González al que acompañaron , Javier cuevas  vicario de la VIII ,Francisco Garvia , Mario Fernández, José Antonio Álvarez , Eutimio González OMI y los sacerdotes de la  parroquia Oscar García y José Luengo.
Es de agradecer la homilía  del Vicario pues a lo largo de la misma nos presentó la vida de Bonifacia  con mucha fidelidad y nos animaba a las Siervas a seguir sus pasos .

A lo largo de la ceremonia hubo un ambiente de silencio y recogimiento.

 En el momento del ofertorio se presentó la reliquia de Bonifacia y al final de la Eucaristía se dio a besar .
Se repartieron estampas de Santa Bonifacia y llaveros. La acción de gracias terminó con un compartir en el salón de la Parroquia en clima de amistad y fraternidad.







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